lunes, 31 de julio de 2017

500 metros...

Números, muchos números de diferente índole: 15 son los muertos reportados, más de 8 millones los votos, 30 la fecha, 120 los días de esta etapa de manifestaciones de descontento popular. 
Verdades y mentiras que se visten con números, para acomodar realidades a conveniencias.
A mi se me queda el número 500, el de los metros que el régimen dispuso para alejar a la prensa de sus centros de votación, me queda ese número como una referencia indiscutible.
El juicio de la transparencia es fundamental para dar validez a las proclamas de quienes quieren ser seguidos, quienes quieren liderar. 
Estimo que si el líder no se presenta como persona transparente, su conducción es turbia y puede llevarnos por malos e inciertos caminos. Ya la sabiduría popular se encargó de sentenciarlo con una máxima de la prudencia: "En la duda, abstente".
Es lo que voy a hacer.
Quienes proclamaron que era necesaria la elección de representantes a una asamblea constituyente, que apareció de repente en el fondo del sombrero de un mago de baja categoría, que fue torpe hasta para sacarla, cuando vieron que casi nadie les creía, decidieron decretarla como obligación, a fuerza de represión y amenaza, e impusieron un cerco de 500 metros para que los reporteros no pudiesen reportar. 
En vista de eso, optaré por no creer en sus números, optaré por pensar que mienten. 
A mi juicio, esta es una de las mentiras más serias que ha dicho el régimen (aunque podrían superarse, tanta es la estupidez que me demuestran), y nos plantea perspectivas desalentadoras, encubiertas en discursos plagados de adjetivos innecesarios, que solo denotan mediocridad, evidencias adelantadas de las resultas que cabrá esperar de los conciliábulos que están por comenzar.
Asistiremos a un circo vergonzoso.
En su momento caerá la carpa sobre los payasos y los enanos. 
Habrá que recoger el desastre, para comenzar mejores días...



2 comentarios:

  1. Epale Broth, quien se iba a imaginar que nos tocaría vivir este revuelto con los principios mas sagrados del bien común ligado a las practicas mas malandras del hampón con el puñal y el gabán.
    El pueblo se convirtió en comodín
    Diego

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  2. Todo muy bien. Tanto así que cualquiera con un mínimo de sensatez y honestidad, podría suscribirlo abiertamente. Excepto aquello de "en la duda abstente....es lo que voy a hacer"". No, Charles, en esa farsa que has descrito no cabían dudas, ni tenías porqué abstenerte, puesto que, supongo, no habías comprado entradas para el circo.

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