martes, 16 de junio de 2020

Intervenir partidos políticos




Los partidos políticos son expresión de voluntad.
Es importante comprenderlos como la cristalización de movimientos que van aglutinándose alrededor de ciertos ideales y doctrinas. 
Los líderes recorren incansables los caminos y ofrendan todo para proponer una visión de país. 
Los seguidores recogen firmas y completan recaudos hasta que culminan el proceso y nacen a una vida que se va enriqueciendo con los años de participación en los procesos públicos de la nación.
Los partidos políticos son una expresión genuina de las libertades cívicas.
Las sociedades libres reconocen en ellos sus esencias de ciudadanía y el respeto por la diversidad de pensamiento y opinión. 
De esta forma, los partidos políticos devienen en un valor fundamental de las democracias verdaderas.
¿En qué cabeza cabe que una tercera instancia puede “intervenir” partidos políticos y designarles dirigentes espurios?
La pregunta no es ingenua, por supuesto.
Se que ese despropósito, revestido de cualquier leguleyismo, carece de todo fundamento y que las acciones de ese tipo esconden otros miedos y motivaciones carentes de luz.
Actuar de la manera como se está actuando hoy en Venezuela, ha sido siempre un acto de soberbia solamente comprensible desde la compasión, entendiendo que es recurso de incompetentes quienes, además, ignoran que mientras más atropellos cometen, más hondo será el hoyo donde los deseche la historia.