sábado, 9 de diciembre de 2017

Precario

Circulo por caminos oscuros, aunque adivino postes de luz extinta en los bordes de la carretera, sembrada de cráteres inesperados. Voy en automóviles destartalados por el olvido.
Un cantante busca fondos para aferrarse a la vida. Pide disculpas por su estado y deja que su voz desgarrada concite emoción.
Filas de gente aparecen en todos mis días. Filas largas, como sables de resignación.
Parece que ya nadie supiera qué hace allí. Solo importa estar y ver qué espera en el filo.
Las cloacas de la ciudad botan su agua corrupta sobre el pavimento que se corroe callado, como si ya no importara la barbarie.
Las salas de los hospitales son antesalas de las funerarias.
Las escuelas cierran el pensamiento, como cierran sus puertas...
Aparecen carnets panacea, credenciales de una identidad impuesta, que subyuga a los necesitados.
La precariedad es un cuchillo artero que se hunde para herirlo todo.