sábado, 23 de diciembre de 2023

60 años de Rayuela


                                                        

I Huellas


Hay huellas hondas y superficiales.

Son hitos que marcan nuestra marcha y la moldean definiendo la dirección que toma en cada turno de cambio en el tiempo.

Todos podemos hablar de los eventos que han definido, pacientes, el mapa de lo que vamos siendo.

El mordisco agresivo de la primera sutura, una mujer llamada Yolanda, la avenida Caurimare, Rayuela; donde me quiero detener.    


 II Rayuela


Rayuela es rotunda.

Por los tiempos en que llegó a mis manos, en algún momento de los años setenta, yo era un lector ávido, fascinado por la literatura latinoamericana, embrujadora  y seductora.

Fue un asombro.

La convocatoria a la liberación del lector, el permiso expreso a visitar las páginas en el orden que le viniera en gana.

Un par de caminos sugeridos; nada más.

Supongo que como a la gran mayoría esa guía signó las dos primeras lecturas, que nos llevan a descubrir que es una fuente infinita.

Lo humano universal, la Paris de los hijos de la guerra y del mayo francés. El jazz como telón de fondo.

La aventura que es la vida, a través de la historia caótica de Oliveira y La Maga.

El capítulo siete.

Una ventana para asomarse a la escritura con genialidad.


 III Cortázar


Escritor de cuentos fantásticos.

Cortázar me llega como un gigante tímido envuelto, quizás, en pasiones tormentosas.

Alguna vez le escuché que escribía siempre, en cualquier parte, con cualquier cosa.

Imagino que después, en soledad, armaba sus rompecabezas mágicos.

Creo que se sabía un gran escritor y que aprovechó ese brillo para fundirse con las causas que consideró nobles, y apoyarlas con tesón inquebrantable.