miércoles, 4 de septiembre de 2019

Voces del poder...




Sobre el poder, tengo la noción de que es la capacidad de que tus decisiones transformen las cosas de una manera que afecte a otros en mayor o menor medida.
Es como poseer el destino...
Quizás de allí derive su seducción.
Tengo por cierto que de él hay escalas y dimensiones diversas, unas más locales, otras globales. Unas más congruentes, otras viciosamente desviadas.
Por estos días se reunieron algunos hombres con poder en un foro anual que se realiza en Estados Unidos, denominado Mesa Redonda de los Negocios. Si se pudiera sumar, diría que el peso de la posibilidad de que sus decisiones puedan modificar el destino de la humanidad, es enorme. 
Y declararon cosas importantes, por lo que tienen de distinciones novedosas en ese ámbito.
Dijeron que los resultados para los accionistas no pueden seguir siendo la única ni la última medida del éxito corporativo.
Que es necesario mirar a los otros causahabientes: clientes, trabajadores, proveedores y comunidades, y entregarles buenas cuentas.
Hablaron de la necesidad de generar valor para todos, en función del futuro.
No lean ingenuidad en estas letras, por favor.
Se bien que, tal como lo establece la sabiduría popular, puede ser grande el trecho entre el dicho y el hecho.
Pero no deja de ser alentador que el poder, el de alcance global, distinga posibilidades diferentes y abra, así, un nuevo mundo al reconocimiento de los otros como entidades válidas y valiosas. 
Un mundo más interdependiente se cuela por alguna ventana. 
Los cambios de era, son partos trepidantes, con clamores que resuenan hasta que ya es imposible ignorarlos, y se precipitan cambios radicales, que le mueven el centro a la vida y hacen que los hombres nos redescubramos, y reevaluemos la importancia relativa de nuestra presencia en el sistema.
Emerge un futuro, que resuena en la ecología, y en los centros de creación y conocimiento; que revuelve las posibilidades de acuerdos y negociaciones y las saca de sus tradicionales rituales. 
Emerge un futuro que clama por el reconocimiento de los otros y de lo demás, de la comprensión de que todos formamos parte de algo que nos necesita tanto como nosotros lo necesitamos.
Ni más, ni menos...