domingo, 30 de junio de 2019

Día D







La estación se deslíe en junio y en el norte marca el tránsito al verano.
Imagino que en la mente de los estrategas la llegada de ese mes resonaba con campanadas de impaciencia. Necesitaban las bondades del tiempo en 1944...
Larga y cruel venía siendo la guerra europea, que arrasaba la tierra firme y acababa la vida, sin distingos.
Los hombres, curtidos de innúmeras batallas, exhibiendo cicatrices sobre galones de altos rangos, discutían y esperaban por días claros, desde la isla al otro lado del tumultuoso canal. 
Necesitaban un golpe para cambiar el destino...
Se valieron de todo, músculo y maña, y dieron la orden de invasión.
El seis amanecieron los soldados en las playas de Normandía.
La forma del mundo que aparecería para cerrar una era y arropar nuestros días por lo que restó del siglo XX, se gestó ese junio.
Y de lo bueno y lo no tan bueno pasó, como siempre pasa, y refloreció Europa.
Y nació una guerra "fría" que movía los quehaceres de izquierda a derecha, y viceversa.
Y los hijos de la guerra se fueron a probar flores y a pintar paredes, y a tumbar muros.
A pedir un mundo mejor, que despidiese a los hombres de la niebla y los sobretodos oscuros; a que se cerraran las salas de los interrogatorios y las sesiones de escucha clandestinas, y la tortura despiadada. Que no volvieran.
Ya sabemos. El pensamiento y la acción discurren en espiral, y en cada voluta reencuentran el pasado y le ajustan la forma.
Y el péndulo oscila...
Europa vuelve a ver nubes en sus cielos, y reviven las izquierdas y las derechas, y las ultras de las dos. Y se muestran los dientes aserrados, tratando de que la mueca parezca sonrisa...
Ya van de salida los hijos de la guerra, y sus hijos dan por sentado el terreno florido, y lo sienten propio. No quieren compartir esa fortuna, y no quieren saber de junios disipados.
Se arropan con banderas y resaltan fronteras. Viejos artefactos reaparecen; y palabras del pasado resuenan como si fueran nuevas...
Sabemos que lo que alumbra en Europa abarca al planeta. Así viene siendo desde que hay memoria.
Y los aires de polaridad comienzan a soplar de nuevo y quien sabe si traigan tempestad...
¿Qué junio estaremos fraguando entre reivindicaciones nacionalistas y odas a las soberanías?
¿Cuál, en las posiciones de izquierdas y derechas?
¿Cuántas vueltas harán falta para que aprendamos a preservar lo que nos prometió junio?