sábado, 11 de mayo de 2019

Calle trece



Me trasnocho toda la tarde.
Busco el Caribe que me obsesiona,
y recorro su música mágica.
Entre avenidas, desemboco en la calle trece.
Me desvela el deseo de vuelos.
Bato alas que no tengo
y me elevo hasta las alturas de mi imaginería.
Quiero poemas,
convoco letras oportunas
y desemboco en la calle trece.
No se que decir. 
Es difícil hablar del genio que trasciende la costumbre,
lo que rompe,
lo que sale de molde 
y nos empuja a otra parte
desconocida y maravillosa…
Desemboco en Calle trece.
Nada reconcilia el desvelo del Caribe.
La noche embrujada, 
disfrazada de sol de mediodía.
De momento, circulo por la calle trece
y me veo bañado en el sol de media noche,
trastocadas mis coordenadas 
por señales que conocen mis vísceras
sabedoras de esencias de algas saladas
y rumores de olas que sacuden los malecones
de una tranquilidad que finjo.
Hay un faro
de luz incierta
en un punto de la calle trece.