Podría decirse que el Cinturón de Kuiper es la puerta trasera del sistema solar, un gigante aro de peñascos que intentaron escapar de una fuerza que terminó derrotándolos y condenándolos a girar en torno suyo por la eternidad.
Hay quien dice que allá nacen los cometas...
Es lo que llaman un confín, a seis millardos de kilómetros de nosotros.
Con 2019, madrugando el primero de enero, un artefacto del hombre, la sonda Nuevos Horizontes, ha alcanzado esas distancias y comenzó a enviarnos sus mensajes y noticias. Llegó a Ultima Thule.
Es un impacto para mi.
La paradoja es enorme, mientras localmente nos desgarramos en todo tipo de desacuerdos y nos devoramos el planeta, le exhibimos al cosmos un refinado ingenio y una basta curiosidad.
Queremos saberlo todo sobre el origen, no cesamos de perseguir la quimera del absoluto conocimiento, como si ya no supiéramos que él reside en cada cosa y en todas ellas a la vez...