domingo, 2 de julio de 2023


Posición adelantada



En el deporte hay reglas. Competir tiene sentido porque se sabe que existen unas normas que igualan las posibilidades de los contenedores.
Son fórmulas de equidad, que hacen posible la competencia en términos manejables para todos.
Si se quebranta una regla, el transgresor es sancionado en una forma que persigue, según la magnitud de la falta, volver a equilibrar el juego.
Los árbitros, hacen esa labor.
En las sociedades contemporáneas, las que se rigen por los códigos occidentales, sucede en política, lo mismo que referimos sobre el deporte.
Hay unas reglas para competir, y hay un árbitro: el pueblo.
Me parece muy interesante el evento más reciente y, quizás, escandaloso de la política venezolana.
Me refiero a la inhabilitación de la candidata a unas primarias, convocadas por partidos de un sector de la oposición al gobierno, intentando obtener la nominación de un aspirante unitario para las elecciones presidenciales de 2024.
Porque hasta este momento, eso es lo que era María Corina Machado, una aspirante en un proceso que, aunque público y abierto, no es, ni oficial -en el sentido de representar un hecho que deba movilizar acciones en el plano institucional de la nación-, ni vinculante.
Sin embargo, por algún inconcebible motivo, el gobierno, del que ya tenemos hartas demostraciones de intemperancia y soberbia operativa, decidió mover sus piezas para intentar inhabilitarla, nada menos que por quince años; lo que podríamos llamar una “ejecución extrajudicial política”.
¿Por qué? ¿Para qué?
Vaya usted a saber.
Pero, a mi juicio, se trata de una jugada en posición adelantada, la cual, como se sabe, no es válida y, por lo tanto, cualquier punto que genere, quedará anulado, por el árbitro…
Usualmente las jugadas en posición adelantada son de último recurso para un equipo que se siente perdedor e intenta un lance desesperado.
Pero, de nuevo, ¿qué llevó a los estrategas del gobierno a tirar esa parada, tan tempranamente?
¿Qué sabrán ellos sobre las posibilidades específicas de esta candidata a las primarias, que no sabemos nosotros?
El error táctico que  percibo tiene que ver con la subestimación del arbitro que, ahora, debe decidir una sanción. 
Porque, ¿qué pasaría si, superando cualquier diferencia de visión, todos concurrimos a las primarias opositoras, no ya para escoger entre varios aspirantes, sino para mostrar nuestro rechazo a la arbitrariedad, y votamos unánimemente por la inhabilitada?
¿Qué podría hacer un gobierno ante una avalancha como esa?
Me lo estoy preguntando…